sábado, 5 de abril de 2008

FILOSOFIA Y ROCK AND ROLL






José Luis Pardo

Esto no es música

Galaxia Gutemberg/Círculo de Lectores, 2007







Jose Luis Pardo ya había dado muestra de su poco convencional forma de entender la filosofía en su anterior entrega, La regla del juego (2004), de la que el presente libro, a primera vista, pudiera considerarse una mera continuación o apéndice. No en vano Esto no es música comienza donde aquél terminaba -según afirma el autor en nota a pie de página-, sirviendo como hilos de continuidad entre uno y otro las citas de los Beatles. En esta ocasión, sin embargo, quizá su atrevimiento ha llegado demasiado lejos porque ¿puede escribirse un libro de filosofía a partir de la portada del Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band? (1). La respuesta es este libro excelente que contiene una auténtica "silva de varia lección" sobre la cultura popular.

Precedido de un resumen de su contenido escrito en un tono de acusada ironía -cuando no abiertamente sarcástico-, cada capítulo del libro se titula con cierta sorna, siguiendo corte a corte los temas del álbum Abbey Road (1969). Así por ejempo You never give me your money se convierte en el castizo -y un punto macarra- No sueltas un felús o Carry that weight en el proverbial Cargar con el mochuelo. No resulta incongruente, pero sí insólito, que Esto no es música incluya como apéndice una discografía, copada en su mayor parte por los Beatles. Pero detengámonos siquiera un instante en la portada del Club de los Corazones Solitarios y su sargento picante:

"(...) allí estaban, junto a Lennon, McCarney, Harrison, Starr y sus figuras de museo de cera de Madame Tussaud, escritores como Poe, Huxley, H.G. Wells, Bernard Shaw, Lewis Carroll o Wilde, pensadors como Marx o C.G. Jung, políticos de XIX como Robert Peel (el padre de los Bobbies), numerosos líderes espirituales y religiosos orientales, poetas como Dylan Thomas, músicos como Stockhausen, actrices como Mae West, Marlen Dietrich y Marilyn Monroe, artistas plásticos como Richard Lindner o Wallace Berman, actores como Stan Laurel y Oliver Hardy, científicos como Albert Einstein y un boxeador tan célebre como Sonny Liston" pag. 10

Ejerciendo de privilegiado cicerone, Jose Luis Pardo -y cabría comparar, por una parte, su afilado entendimiento con el machete que esgrime el explorador para abrir un sendero en la maleza y, por otra, la ya citada portada de los Beatles con un abigarrado mapa del tesoro- al tiempo que persigue con éxito "desentrañar los entresijos de la cultura pop", realiza un fértil y minucioso escrutinio de los acontecimientos que hicieron posible el llamado Estado del bienestar. Veamos, por ejemplo, algo de lo ocurrido en 1954:

"El 8 de septiembre se firmó en Manila el tratado de la Organización del Sudeste Asiático (SEATO), y el día 11 comenzó a soplar el huracan 'Edna' causando 21 muertos en la costa Este de Estados Unidos. El 31 murió la madre de Marlo Brando, que ese año recibiría el Oscar al mejor actor de Hollywood por 'On the waterfront' (y que se encuentra a la izquierda de Tom Mix en la foto). Mientras Marilyn se separaba del baseball al son del mambo que le había dedicado el maestro Dámaso Pérez Prado, se abrieron por primera vez las puertas de Dineylandia, y el 3 de noviembre se emitió por televisión (ABC) el largometraje de Disney 'Alice in Wonderland', con guión de Aldoux Huxley (debajo de Mae West en la foto) sobre los relatos de Lewis Carroll (al lado de Marlene Dietrich en el álbum)" pag. 69

Asimismo Esto no es música desarrolla una ambiciosa reflexión en torno a la controversia histórica de la dualidad original-simulacro (que deviene arbitraje entre una buena y una mala copia) y en el camino conduce al autor -mediante jugosas calas en la obra de filósofos como Platon, Aristóteles, Leibniz, Kant, Marx y Hegel, pero también de Erns Jünger, Umberto Eco, William Maxwell o nuestro Rafael Sánchez Ferlosio- a disquisiciones de mayor o menor calado sobre el tiempo y su ritmo, la naturaleza de la ficción o nuestra percepción del pasado:

"Y es así, efectivamente, como experimentamos la antigüedad: como un tiempo que produce desechos, ruinas en las que vemos deshacerse lo que alguna vez fueron grandes monumentos y vastos imperios de los que sólo quedan escombros y despojos, como si ya en la erección de aquellas grandezas estuviera secretamente prevista la destrucción a la cual estaban fatalmente condenadas" pag. 36-37

Debido a su carácter simbólico, Jose Luis Pardo considera el encuentro de 1808 entre un ya caduco Goethe y el todavía pujante Napoleón -"verdadero forjador de las naciones modernas"- como un punto de inflexión que clausura una época y a la vez inaugura eso que se ha dado en llamar la modernidad: "El emperador recogía el testigo de las manos del poeta porque la poesía había sido superada por la historia o, como ahora decimos, la realidad había superado a la ficción" pag. 181

Con gran sentido de la oportunidad Esto no es música presenta -Deleuze mediante- a un Nietzsche revolucionario, combativo y dolorosamente lúcido que acaba dando la espalda a la alta cultura, encarnada por su viejo amigo Wagner, para abrazar la cultura de masas en la figura de la popular zarzuela. Un Nietzsche -y buena falta que hace- puesto al día:

"Lo que Nietzsche llama «la muerte de Dios» no es un acontecimiento susceptible de ser fechado en la historia. Y no porque no haya sucedido nunca sino, al contrario, porque no ha dejado de suceder a lo largo de los tiempos. La muerte de Dios ocurre cada vez que en el mundo sufren los inocentes, porque en ese mismo momento la fábula de que un Dios bueno gobierna el curso de los hechos se torna insostenible y el propio Dios se convierte en inverosímil" pag. 337

Escrito con un lenguaje llano -téngase en cuenta que incluso el culpable de este blog ha sido capaz de entenderlo cabalmente (o eso al menos se ha resignado a creer)- pero en absoluto trivial, y aligerado por completo de el galimatías conceptual y de esa retórica pueril que los filósofos de ahora utilizan en sus escritos con el propósito no tanto de confundir o desanimar al lector advenedizo cuanto de enmascarar su absoluta carencia de imaginación, Esto no es música destila brillantez expositiva, clarividencia y osadía a partes iguales.

Reconozcámoslo, no es posible agotar en este por fuerza breve comentario la riqueza de ideas e intuiciones que como fogonazos asaltan al afortunado lector de este libro.

Esto no es música -y no hay recompensa mayor- da que pensar


Hasta pronto

(1) Parafraseando el artículo Las señoritas de Aviñó y las de Vargas de Felix de Azúa, publicado en El País el 10/12/2007

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