martes, 9 de junio de 2009

SU HIJO PREDILECTO


Tras sufrir un derrame cerebral tal día como hoy hace 139 años falleció el maravilloso novelista Charles Dickens. Se cuenta que justo antes de morir lanzó un profundo suspiro mientras una lágrima caía lentamente por su mejilla derecha.

"Nadie pondrá en duda que soy un padre afectuoso con todos los hijos de mi imaginación, y que ningún otro progenitor puede querer a su familia con tanta ternura. Pero, como muchos padres afectuosos, tengo un hijo favorito en el fondo de mi corazón. Y su nombre es David Copperfield"

Prefacio a David Copperfield
(Trad. Marta Salís)

lunes, 8 de junio de 2009

TEORÍA DE LA RELATIVIDAD




"(...) De lo que me quejo es de la superficialidad de esas personas que sólo hacen las cosas en pro del cambio y luego hablan como si el cambio fuese inamovible y definitivo. Ese es el defecto de cualquier teoría puramente progresista, los mismo en la literatura que en la ciencia. La última opinión es siempre infaliblemente acertada e inevitablemente errónea. Es acertada porque una nueva generación de jóvenes está cansada de las cosas, y errónea porque otra generación de jóvenes se cansará de ellas
."

GILBERT K. CHESTERTON
(Trad. Luis Echávarri y Victoria León)

domingo, 7 de junio de 2009

QUÉ VIDA SINGULAR

Una vez diagnosticada como incurable -a la edad de 37 años- su enfermedad mental que se agravó quizá definitivamente a raíz de la muerte de su amada Diótima, y tras permanecer el resto de su vida alojado en casa de un maestro carpintero de Tübingen llamado Zimmermann -entusiasmado por la lectura del Hiperión y admirador de sus versos- tal día como hoy falleció de una congestión pulmonar el gran poeta Friedrich Hölderlin. Corría por aquel entonces el año 1843 y aún debería transcurrir más de medio siglo para que su obra obtuviera pleno reconocimiento. Durante su larga convalecencia la habitación del poeta -donde contra toda lógica continuó escribiendo versos de una extraña belleza conocidos como poemas de la locura-, estaba en una antigua torre a orillas del río Neckar. Pese a que con sus visitantes Hölderlin mostraba, al parecer, la cortesía más exagerada no se debía, a riesgo de encolerizarle, pronunciar ante él su propio nombre.



EL CEMENTERIO
Silencioso lugar verdeante de hierba joven,
Donde yace hombre y mujer y se yerguen las cruces,
Adonde van acompañados los amigos,
Donde fulguran en claro vidrio las ventanas.

Cuando en ti fulge la alta llama del cielo
A mediodía, cuando la primavera te frecuenta y se demora
Y va la espiritual nube húmeda y gris,
Con hermosura el día escapa dulcemente.

Qué tranquilidad hay cerca del muro grisáceo
Encima del cual pende un árbol con frutos:
Negror mojado de rocío, follaje todo duelo;
Pero los frutos son densos preciosamente.

Hay en la iglesia una tranquilidad oscura
Y también el altar en esa noche se recoge;
Aún allá quedan varias cosas hermosas,
Mas en verano canta alguna cigarra en el campo.

Allí, cuando las oraciones del pastor se escuchan
En tanto al lado está el grupo de amigos
Que con el muerto van, qué vida singular
Y qué espíritu devotamente descuidado.

(Trad. Luis Cernuda)

viernes, 5 de junio de 2009

EL AMOR A LAS FLORES






El amor a las flores es una característica de los japoneses, y cada mes tiene su flor especial, para ver la cual el rico y el pobre viajarán kilómetros. Junio es el mes de los lirios, y cuando llega, todos los habitantes de Tokío se dirigen por una avenida de cerezos, que visitaron ya en abril para verlos florecer, hacia los jardines de lirios de Hori-Kiri.

El mundo pintoresco
(Volumen 1) W. M. Jackson Inc., Buenos Aires, 1950


martes, 2 de junio de 2009

TU VIENTRE LÍVIDO DE VIENTO

Tal día como hoy hace 81 años nació en la ciudad de Barcelona el poeta y editor Carlos Barral.

Clamo a tu vientre lívido de viento,
al corazón estrecho de tus gallos,
a sus látigos rojos, a los rayos
que acribillan tu hueco firmamento.

Busco la arista del desdoblamiento,
hurtarme fruto a mis normales tallos,
libertarme en tus ácidos caballos
y un ungir tus torres de mi advenimiento.

Si llegaras conmigo a la ondulada
alta loma del ser, donde se muta
la sangre viva en el símbolo de hielo…

Mas quién podrá parar la madrugada
alzando ya la concha de su ruta
sus rapaces de luz sobre tu vuelo.


.........................................NOCHE (1951)

lunes, 1 de junio de 2009

Los perseguidores

Supongo que en Chile existe algún equivalente de lo que en España se conoce por SGAE (Sociedad General de Autores y Editores). Esta entidad se dedica a la gestión de los derechos de autor de sus afiliados; es decir, a recaudar y distribuir los porcentajes que esos derechos les procuran. De un tiempo a esta parte, el celo puesto en el desempeño de esta loable tarea ha convertido a la SGAE en una entidad muy impopular, objeto de todo tipo de contestaciones. La ha convertido, además, en una entidad rica y poderosa, cuyos ingresos en los últimos años se han visto incrementados portentosamente.

La explicación de esto último la tiene el llamado canon compensatorio. Por virtud de éste, hace ya un tiempo que la compra de determinados aparatos y soportes se ve gravada de forma generalizada e indiscriminada con un porcentaje que la SGAE y otras entidades de gestión colectiva cobran de antemano, en previsión del empleo que pueda hacerse de dichos aparatos y soportes (equipos de música y televisores, pero también CD/DVD, memorias portátiles, etc.) para realizar copias privadas de objetos sujetos a la propiedad intelectual, ya se trate de imágenes, películas, canciones, textos...

Son muchos los que consideran que el canon compensatorio vulnera la presunción de inocencia a que tiene derecho todo ciudadano. Desechando escrúpulos de este orden, la SGAE no ha cesado de discurrir todo tipo de mecanismos destinados a controlar y a gravar la transmisión y divulgación de contenidos sujetos a propiedad. De este modo, los enfrentamientos de la SGAE con las asociaciones de consumidores y, sobre todo, de internautas han venido haciéndose cada vez más virulentos, y arrojan un esperpéntico anecdotario en el que se suceden descalificaciones, insultos, querellas criminales y manías persecutorias.

Como muestra, un botón: en 2006, un juez de Alicante autorizó a la SGAE a cobrar por la música que se ponía en las celebraciones de boda y otros eventos de este tipo. Sustentándose en esta sentencia, hace apenas unos meses la SGAE demandó a un salón de bodas de Sevilla por emplear música de sus afiliados sin pagar el canon correspondiente. Como prueba de su denuncia, la SGAE aportó un video de cuatro minutos grabado durante la celebración. Los novios demandaron la SGAE por grabar ese video sin autorización, vulnerando la intimidad del acto, y la entidad fue condenada a pagar 60.000 euros de multa. El caso puso de manifiesto el empleo, por parte de la SGAE, de detectives destinados a probar que en determinadas bodas, bautizos y comuniones se baila al son de canciones “protegidas” por el derecho de propiedad de sus autores.

Más acá de las exaltaciones y de las truculencias a que da lugar este estado de cosas, el traerlo a colación invita a una melancólica consideración acerca del lugar cada vez más paradójico que el artista (o lo que se presuma por tal) ocupa en la sociedad contemporánea.

El caso es que nuestra cultura participa todavía, si bien de un modo cada vez más residual, de una concepción del artista acuñada en el romanticismo, conforme a la cual solía ser visto —el artista en general, ya fuese poeta o pintor, cómico o cantante— como un individuo situado al margen de las convenciones, cuando no enfrentado resueltamente a ellas; un individuo puesto al servicio de un ideal superior, del que a menudo se derivaban actitudes transgresoras, cuando no abiertamente subversivas.

La casi automática identificación entre la vida artística y la bohemia ha sido capaz de resistir durante décadas, hasta hoy mismo, las evidencias flagrantes que tan a menudo la desdicen, y que apuntan, por el contrario, a la domesticación y estandarización de la mayor parte de los artistas, a la consolidación de un star system que ha convertido al artista consagrado en un privilegiado representante del lujo y de la sofisticación, también en un valioso orientador de las tendencias del mercado. En la misma dirección, el arraigado prejuicio que atribuye al artista, por el mero hecho de serlo, posiciones políticamente progresistas y contestatarias, pasa por alto toda suerte de incongruencias, y no cesa de dar pie a las más insospechadas alianzas (para no irse demasiado lejos: ¿puede alguien explicarme, por ejemplo, qué hacía Michelle Bachelet, en el cierre de su campaña presidencial, cogida triunfalmente de la mano de Miguel Bosé? ¿Es que la letra de canciones como “Sevilla”, “Amante bandido” o “Hacer por hacer” promueven los valores de la izquierda chilena?).

Aupados al carro de las subvenciones y de las políticas proteccionistas con que los gobiernos socialdemócratas retribuyen su apoyo (obsérvese, si no, el caso español), autores y artistas han conseguido que la defensa de la “propiedad intelectual”, noción lábil y peliaguda donde las haya, y por medio de la cual la doctrina capitalista coloniza subrepticiamente el ámbito supuestamente libre de la creatividad y de la comunicación humanas, haya pasado a ser, incondicionalmente, una premisa de la izquierda cultural.

No es lugar este de cuestionar los fundamentos jurídicos e incluso éticos que cargan de razón a quienes invocan los sacrosantos derechos de la propiedad intelectual. Baste, de momento, con subrayar un indeseable efecto estético: el que se desprende de ver a los más conspicuos representantes de aquella inconformidad, de aquella insolencia, de aquel espíritu aventurero tradicionalmente asociado a la más común idea del arte y de la vida artística, convertidos en agentes del orden, en furibundos instructores de legislaciones restrictivas y penalizadoras, en vigilantes celosos, en ávidos controladores, en perseguidores.

Puede que, como algunos dicen, esté en juego en todo esto la subsistencia misma de muchos artistas. En cualquier caso, lo que parece quedar fuera de juego —pero quizá ya lo estaba, desde mucho antes— es una determinada concepción del arte y de las relaciones que con él mantenían el artista mismo y la comunidad.

Ignacio Echevarría
El mercurio, 31 de mayo de 2009

sábado, 30 de mayo de 2009

LA PORTENTOSA ESTRUCTURA DEL MUNDO

Tras una reyerta tabernaria en la localidad de Deptford el dramaturgo británico Christopher Marlowe murió tal día como hoy del año 1593.

(...) Nuestros cuatro elementos naturales,
Que pugnan por dominar en el pecho,
Nos enseñan a aspirar con la mente.
Nuestra alma, cuya facultad comprende
La portentosa estructura del mundo
Y de cada astro errante mide el curso
Y aun trepa en pos de infinita ciencia,
Inquieta siempre como las esferas,
Nos amonesta a usarnos sin descanso
Hasta alcanzar el fruto más maduro,
Esa beatitud perfecta, gozo único,
La fruición de una terrena corona.
(...)

Tamerlán el grande, Parte I
Segundo acto, escena VII
(Trad. Aliocha Coll)

viernes, 29 de mayo de 2009

LOS CAZADORES HOPIS





Los cazadores hopis del norte de Arizona vagaban antes por las montañas y seguían a los búfalos por las llanuras en dirección al este; pero ahora sólo unos pocos, como este hombre de rostro severo, buscan venados, antílopes y pumas. Este cazador viste aún la blusa de cuero de sus antepasados, y usa pañuelo rojo en vez de la vincha de plumas.

El mundo pintoresco (Volumen 1) W. M. Jackson Inc., Buenos Aires, 1950

domingo, 24 de mayo de 2009

CORRER TRAS EL PROPIO SOMBRERO

"Hay en la existencia del hombre pocos instantes en que sufra mayor contrariedad y existe menos compasión como cuando corre dando caza a su sombrero. Es preciso tener una gran dosis de sangre fría, un juicio muy seguro para poder atraparlo. Si se corre con demasiada velocidad se pasa por encima de él; si uno se baja lentamente, en el momento en que cree asirlo ya el sombrero está lejos. El mejor método es caminar paralelamente junto al objeto de vuestra persecución, es ser prudente y atento, esperar la ocasión, adelantarse por grados, inclinarse después rápidamente, tomar el sombrero y encajarle sólidamente en vuestra cabeza, sonriendo graciosamente todo este tiempo, como si os pareciera la broma tan buena como a los demás."

Charles Dickens, Aventuras de Pickwick
(Trad. Benito Pérez Galdós)

miércoles, 6 de mayo de 2009

CAMALEÓN


El 6 de mayo de 1859 fallecía Alexander Von Humboldt en Berlín. A su muerte dejó inconclusa la enciclopédica obra Cosmos en la que pretendió ofrecer una pormenorizada descripción del mundo físico compendiando para ello todo el saber científico de su tiempo. En su estudio de trabajo Humbodt poseía un camaleón domesticado del que memorablemente afirmó:

"Una de las peculiaridades de este animal es su capacidad de mirar en distintas direcciones al mismo tiempo. Puede dirigir un ojo hacia el cielo mientras que con el otro examina la tierra. Hay muchos clérigos que tienen el mismo poder..."

Humboldt y el cosmos de Douglas Botting
(trad. de Manuel Crespo)

miércoles, 29 de abril de 2009

COMO UN JUGUETE ROTO



Tal día como hoy hace 86 años el escritor Rainer María Rilke publicó el poemario Elegías a Duino cuya composición le llevó más de 10 largos años

(...)
Ciertamente es extraño no habitar ya la tierra,
no practicar ya costumbres aprendidas apenas,
a las rosas y otras cosas, con su especial promesa,
no darles el significado de futuro humano;
lo que uno fue, en manos infinitamente medrosas,
no serlo más, e incluso el propio nombre
dejarlo a un lado, como un juguete roto.
Extraño, no seguir deseando los deseos
. (...)

Elegía I (Trad. Eustaquio Barjau)

lunes, 27 de abril de 2009

HIJO DEL CIELO





HIJO DEL CIELO es el título dado por los habitantes de Annam a su emperador, el cual, en las ceremonias oficiales, ricamente ataviado con una vestidura de seda brochada (sic) y recamada, se sienta en su trono de oro con un cetro de jade blanco entre las manos. Su título, lo mismo que el dragón de su ropaje, revelan la influencia china.


El mundo pintoresco (Volumen 1) W. M. Jackson Inc., Buenos Aires, 1950

martes, 21 de abril de 2009

EL VUELO DE LA IMAGINACIÓN

Tal día como hoy del año 1816 nacía en la localidad inglesa de Thornton la magnífica escritora Charlotte Brontë. En una de sus cartas se plantea las siguientes cuestiones:

"(...) pero, estimado señor, ¿no es la experiencia real de cada individuo muy limitada? Y si un escritor se atiene a ella total o parcialmente, ¿no correrá el peligro de repetirse y también de volverse un ególatra? Por otro lado, además, la imaginación es una facultad poderosa e inquieta, que reclama atención y ejercicio: ¿acaso hemos de hacer oídos sordos a sus gritos e ignorar sus forcejeos? Y cuando nos muestra panoramas brillantes ¿no debemos contemplarlos ni intentar describirlos? Y cuando es elocuente y nos habla rápida e insistentemente al oído, ¿no hemos de escribir a su dictado?"

Elisabeth Gaskell, Vida de Charlotte Brontë
(Trad. Ángela Pérez)

miércoles, 15 de abril de 2009

ALGO PEOR QUE LA LOCURA

Hoy se cumplen 166 años del nacimiento en Nueva York del prolífico escritor Henry James. Con el paso del tiempo su característico estilo digresivo se fue acentuando hasta convertirse en casi un galimatías de exigente pero gozosa lectura. Sus novelas y cuentos apelan -virtud nada frecuente- al buen gusto y a la inteligencia del lector.

"Una obra literaria es una forma, pero no es raro que el autor que manifiesta una conciencia de las responsabilidades comprometidas en esta circunstancia perciba que se le considera un personaje peligroso. Normalmente se le permitirá ser un artista, pero no demasiado; el camino del arte lleva, al parecer, a algo peor que la locura. Esta peculiar superstición se ha impuesto con tanto éxito que el mero hecho de haber sido indiferente al peligro constituye en sí mismo una originalidad"

Henry James, La imaginación literaria
(Trad. Javier Alcoriza y Antonio Lastra)

sábado, 4 de abril de 2009

TRES BENETIANAS

1.- El pasado 25 de marzo Vicente Molina Foix en la entrada inaugural de su blog titulada Sueños y despertares escribía lo siguiente:

"(...) Desde febrero comparecía de forma frecuente en mis sueños Juan Benet, el gran amigo y maestro muerto en la madrugada del 5 de enero de aquel año, y en julio me puse a la tarea de trascribirlos al despertarme cada mañana, como una manera de retener por escrito las apariciones de una figura tan querida, tan esencial, tan intempestivamente desvanecida. (...)"

2.- Cuatro días mas tarde el suplemento cultural del diario ABC publicaba el artículo "Una meditación sobre Benet", en el que Manuel de Lope esboza una jugosa nota biográfica:

"(...) conocí a Juan Benet en el hotel Suecia de Madrid hacia 1980; yo tenía poco más de treinta años y el autor algo más de cincuenta, una diferencia de edad que enmascaraba otras diferencias; nuestro primer desacuerdo de importancia tuvo como sujeto el desembarco aliado en Normandía en 1944, una brillante operación militar sobre la que cabían exageradas desavenencias según se siguiera la opinión del general Fuller o del general Eisenhower; nos veíamos regularmente cada vez que yo venía a Madrid y en un par de ocasiones recibí su visita en mi casa de Aix-en-Provence; una vez obtuve para él una botella de vino de una rara denominación de origen (Chiroubles); en otra ocasión conseguí un whisky entonces poco conocido y de nombre prácticamente impronunciable (Laphroaig); el año del cometa preparamos una expedición con instrumentos adecuados para observar el fenómeno (expedición que no llegamos a realizar); de su casa recuerdo un cenicero de la marca de cigarrillos Hamlet; en algún caso intercambiamos libros (los Aforismos de Lichtenberg por mi parte, contra no sé qué libro por parte suya, quizá La rama dorada, de Frazer); era un experto en hidráulica pero poco entendido en micología; se casó en segundas nupcias con una joven poetisa y comentó: más vale Blanca en la mano que cien golondrinas volando; me entregó una de sus novelas con una dedicatoria: A Manuel por mis lamentables errores, no referida a la boda, por supuesto, todavía no, sin duda referida a aquella lejana divergencia sobre la oportunidad del desembarco en Normandía; un día, en el correo habitual, recibí un certificado de libertad bajo palabra extendido a mi nombre como prisionero de guerra en la capitulación de Appomatox, firmado Benet Goitia, como lo hubiera firmado un juez militar, y pocos días más tarde una postal desde Utah, donde el ingeniero había acudido para arrebatar ciertos secretos técnicos a los mormones; etc., etc., todo ello, toda esta insignificante memoria subjetiva, extendida sobre un período de quince años, formada de conexiones intermitentes, por no entrar en el contexto de aquellas relaciones como quien busca monedas en el fondo de un estanque y extrae piezas de muy diverso valor, mientras en la superficie se forma, lo mismo que en la memoria, no el retrato del biógrafo que se inclina sobre la lámina de agua, sino el reflejo salpicado de destellos, sutil y cambiante, del biografiado.

Murió en la madrugada del 5 de enero de 1993 en su casa de Madrid de resultas de un extraño tumor facial. Su entierro fue muy concurrido. Aún recuerdo a Vicente Molina Foix con el rostro descompuesto, pálido de no haber dormido, arrojando una mirada de espanto sobre la fosa (la mirada de Dante sobre el cadáver de Beatriz, la mirada de Doña Juana junto al ataúd de Felipe el Hermoso)(...)"

3.- Por último, el día 2 de abril en el blog ENCUENTROS DE LECTURAS el crítico literario Santos Domínguez publicó la suculenta entrada Biblioteca Juan Benet en Debolsillo

viernes, 3 de abril de 2009

TODO ERA CENIZA DE LA NADA

VIDA

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice ¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo y que,
en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada si
más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

"Cuaderno de Nueva York" 1998

Tal día como hoy hace 87 años nació en Madrid el gran poeta José Hierro. Dibujó hermosos barcos de colores para dedicar sus libros a los lectores porque paradójicamente le faltaban las palabras o acaso por un resto de timidez.

jueves, 2 de abril de 2009

EL REY DE CAMBODIA







EL REY DE CAMBODIA, con sus condecoraciones de oro y piedras preciosas y sus joyas espléndidas, su corona en forma de alta pagoda y su traje de ceremonia, es una figura realmente magnífica. Sus antepasados, en el siglo XII, gobernaron sobre un vasto reino, que se extendía desde la bahía de Bengala hasta el mar de China.


El mundo pintoresco (Volumen 1) W. M. Jackson Inc., Buenos Aires, 1950

miércoles, 1 de abril de 2009

NIDO DE GUSANOS

EL ARTISTA

Sobre montones de cadáveres,
sobre espesuras de gritos que han quedado
hemos bruñido un torso resplandeciente
o espabilado la gracia lunar,
sobre las sombras de los seres resentidos y acres.

Sobre figuras que acapara el polvo,
sobre el humano río que se queja,
sobre la torva espalda del trabajo
la indiferencia de los pájaros que cantan
y la huida cobarde.

Así, porque los guantes ocultan un corazón helado,
porque las bellas palabras son fermentos bbbbbbbbreverdecidos,
porque la soledad es nuestro nido de gusanos,
se nos llama tulipán o rosa
sobre piras inmensas de hambre.

Candente horror, 1936

El 1 de abril de 1904 nacía en la localidad alicantina de Alcoy el exquisito poeta Juan Gil Albert. Como el caracol en su concha permaneció durante el franquismo alejado por voluntad propia de la insalubre vida pública española escribiendo una obra de factura deslumbrante y rara autenticidad.

martes, 31 de marzo de 2009

ASTURIAS PATRIA QUERIDA









Hugh Thomas

Carta de Asturias

Editorial Gadir, 2006







La primera frase de un libro, si es brillante, suele convertirse en una losa demasiado pesada de levantar para el escritor. Carta de Asturias comienza de forma memorable: "Asturias, en el norte de España, tiene forma de mariposa". El resto es otra historia muy diferente.

De la lectura de este libro se pueden extraer varias conclusiones. En primer lugar, que Hugh Thomas -un reconocido hispanista de origen galés, autor de una pionera y célebre historia de la gerra civil española, publicada en 1961- no es un brillante estilista. Carta de Asturias está escrito en un estilo anodino, desaliñado, y el lector tiene a menudo la impresión de tenérselas que ver con una especie de guía michelín. Lo que en un libro de historia quizá pueda considerarse adecuado para cubrir el expediente (una prosa funcionarial), en uno de viajes, publicado además por una editorial digamos literaria, no alcanza de ninguna manera a satisfacer las expectativas.

En segundo lugar, que resulta inequívoca la deriva que con el tiempo ha tomado el pensamiento del historiador británico -reconocida por el propio Thomas en una entrevista concedida al diario El País: 'Soy equilibrado en mis juicios, pero ahora soy más conservador que en los años sesenta'. La primera parte de esta aseveración se desmiente primero en este libro con expresiones como "el extraordinario general Queipo de Llano" (individuo cuyo mayor mérito militar fue la salvaje represión que ordenó en Sevilla contra la indefensa población civil -'Id preparando sepulturas'- y responsable último del asesinato de García Lorca -'Dadle cafe, mucho cafe') y más tarde se vuelve triste falacia en el capítulo "La guerra civil en Asturias" donde Hugh Thomas haciendo gala de un disparatado revisionismo histórico tilda a los republicanos de "fuerzas revolucionarias" e incluso de "exaltados revolucionarios" (¿?) mientras que el ejército nacional se dedica a "liberar" Oviedo o "rescatar" Covadonga (¡!). Un poco más tarde el hispanista galés intenta justificar de forma patética el brutal exterminio llevado a cabo por el ejército nacional tras la guerra civil. Para rematar la faena el traductor convierte a los nacionales en "nacionalistas" (lo que no deja de tener su retranca).

Más allá de cuestiones estilísticas e ideológicas (pero ¿se pueden dejar aparte?) el libro, primorosamente editado por Gadir, contiene una generosa muestra de bellas fotografías de Asturias y una apasionada vindicación del gran Jovellanos, y podrá ser útil tanto al lector curioso como al viajero concienzudo pues proporciona valiosa información sobre buena parte de los monumentos e iglesias del Principado. Sin embargo -imperdonable olvido- Hugh Thomas no hace mención alguna al bellísimo parque natural de Somiedo.

BREVE NOTA AUTOBIOGRÁFICA

A pesar de lo mucho objetado a Carta de Asturias tengo que reconocer que su lectura me ha emocionado profundamente pues no en vano tengo ascendencia asturiana (mi padre y mi madre nacieron en sendos pueblecitos pertenecientes al concejo o municipio de Cangas de Narcea) y buena parte de los veranos de mi infancia y adolescencia los he pasado allí. Muchos de los lugares citados por Hugh Thomas me traen a la memoria gratísimos recuerdos -Luarca, Castropol, Ribadesella, Llanes, Leitariegos- y de mi propia cosecha puedo aportar alguno más: Morzó (el pueblo de mi madre), Villategil, Puenteciella, Bimeda, Fondos de Villa. Esta reseña se escribió teniendo muy presente a toda mi familia asturiana, a los que ya no están -mis abuelos Adela y Francisco, María y Amador, mi tío Luis, la querida tía Carmen y también al bueno de José de Sildo- y a los que allí continuan: mis tíos Claudio e Isolina, mis primos Paco, Bea y Luisma. Y por supuesto a mis padres.


Hasta pronto

domingo, 29 de marzo de 2009

PEDAGOGÍA


Hace 114 años tal día como hoy nació en la localidad alemana de Heidelberg el inclasificable y escurridizo escritor Ernst Jünger. Su ingente obra todavía no ha sido adecuadamente comprendida ni valorada en toda su verdadera magnitud.


"Los niños son seres divinos: el mundo estaría en orden si nosotros nos educáramos siguiéndolos a ellos en vez de educarlos de acuerdo a nuestra modalidad"


Enst Jünger, El autor y la escritura (Trad. Ramón Alcalde)

miércoles, 25 de marzo de 2009

Cultura periodística

He leído estos días Ana Karenina. Muy al comienzo de la novela, en la presentación que Tolstoi hace de uno de sus personajes —el príncipe Stepan Arkadich, hermano de Ana Karenina—, figura el siguiente pasaje, que cito por extenso, convencido de que el lector lo agradecerá:

“Stepan Arkadich recibía y leía un periódico no demasiado liberal, pero de una orientación que era la de la mayoría. Y a pesar de que, en realidad, no le interesaban ni la ciencia, ni el arte, ni la política, apoyaba con firmeza las opiniones que tanto la mayoría como su periódico profesaban sobre estos temas y sólo las cambiaba cuando la mayoría lo hacía o, mejor dicho, no la cambiaba, sino que ellas mismas se cambiaban en su mente sin que él se apercibiera de ello.

“Stepan Arkadich no había escogido sus ideas u opiniones políticas, sino que unas y otras se le habían venido por sí mismas; como tampoco había escogido la forma de su sombrero o de su levita, sino que adoptaba las que estaban de moda. Y para quien, como él, pertenecía a una esfera social en la que se juzgaba imprescindible saber qué pensar sobre determinadas cosas, tener opiniones era tan indispensable como usar sombrero. Si había un motivo para preferir las ideas liberales a las conservadoras —que muchos miembros de su círculo también sostenían— no era porque creyese que el liberalismo era más racional, sino porque estaba más conforme con su estilo de vida. El Partido Liberal decía que en Rusia todo iba mal, y, en efecto, Stepan Arkadich tenía muchas deudas y, ciertamente, carecía de dinero suficiente. El Partido Liberal mantenía que el matrimonio era una institución trasnochada y que era menester ponerla al día, y, en efecto, la vida de familia procuraba a Stepan Arkadich pocas satisfacciones y lo obligaba a mentir y disimular, lo que repugnaba a su carácter. El Partido Liberal decía, o mejor dicho, daba a entender, que la religión no es más que una rienda para frenar al elemento bárbaro de la población, y, efectivamente, Stepan Arkadich no podía aguantar la más breve función religiosa sin que le doliesen las rodillas, ni podía comprender el porqué de esas palabras terribles y altisonantes acerca del otro mundo, cuando era tan divertido vivir en éste [...] Así, pues, el liberalismo había llegado a ser un hábito para Stepan Arkadich, a quien su periódico le gustaba por el mismo motivo que su cigarro después de la comida, a saber, por la ligera neblina que le creaba en la cabeza”.

Sorprende, siglo y medio después de haber sido hecha, la vigencia de esta perspicacísima observación. Costaría encontrar una mejor descripción del tipo de relación que, hoy como entonces, mantienen muchos lectores con el periódico del que son más o menos asiduos.

La observación resulta especialmente pertinente en estos tiempos en que por todas partes se oye hablar de la supuesta decadencia de la prensa escrita, de su inminente desbancamiento por la prensa digital. Sin entrar aquí en aburridas especulaciones, lo cierto es que el diario impreso constituye un soporte difícilmente sustituible en cuanto objeto no sólo de consumo, sino que también de identificación y de ostentación, provisto de una marca que permite atribuir a su dueño o usuario determinadas connotaciones socioculturales mucho antes que ideológicas.

El pasaje citado explica muy bien de qué modo ejerce su influencia un periódico consolidado, ya no digamos si hegemónico, como es el caso de este mismo en que se publica este artículo. Se trata de algo extraordinariamente sutil, que no pasa por el adoctrinamiento más o menos tácito ni por la manipulación, o no solamente. Se trata más bien de una comunión de intereses de toda especie que el periódico en cuestión contribuye a catalizar y a transmitir convertida en eso tan inasible que se llama opinión pública y que no sólo incide sobre las ideas políticas, sino que también sobre el gusto, los hábitos, las actitudes.

Es en este sentido en el que cabe hablar del periódico mismo como un hecho cultural, que configura la sensibilidad del lector y lo hace receptivo a determinadas opciones no sólo éticas, sino también estéticas, sin que sea posible distinguir del todo a cuál de ellas pertenece la elección de su sombrero o de la levita que lleva puesta.
Ignacio Echevarría
El Mercurio, 15 de marzo de 2009