"(...) pero, estimado señor, ¿no es la experiencia real de cada individuo muy limitada? Y si un escritor se atiene a ella total o parcialmente, ¿no correrá el peligro de repetirse y también de volverse un ególatra? Por otro lado, además, la imaginación es una facultad poderosa e inquieta, que reclama atención y ejercicio: ¿acaso hemos de hacer oídos sordos a sus gritos e ignorar sus forcejeos? Y cuando nos muestra panoramas brillantes ¿no debemos contemplarlos ni intentar describirlos? Y cuando es elocuente y nos habla rápida e insistentemente al oído, ¿no hemos de escribir a su dictado?"
Elisabeth Gaskell, Vida de Charlotte Brontë
(Trad. Ángela Pérez)
No hay comentarios:
Publicar un comentario